viernes, 15 de junio de 2012

FÍSICA, QUÍMICA Y LIBERTAD







 





FÍSICA, QUÍMICA Y LIBERTAD.

Michael S. Gazzaniga, es uno de los neurocientíficos más importantes de la actualidad, a nivel mundial. Acaba de publicar ‘¿Quién manda aquí? , editorial Paidós, libro que habla de cuestiones centrales sobre el ser humano. Le entrevista Laura Fernández y se publica en El Mundo/Baleares (13/Junio/2012)

Sr. Gazzaniga.

El ser humano no es libre. Al menos, no lo es ni física ni químicamente. Porque si el universo se rige por leyes físicas predeterminadas es obvio que todo lo demás también. Y en este todo lo demás entra el ser humano al que, científicamente, no se le puede hacer responsable de sus actos’.

Está claro que no queremos ser libres de la física y de la química, porque sin ellas no podríamos hacer nada. Es la manera en que funcionamos. La toma de una decisión no es tan distinta de la manera en que tu cuerpo actúa para nutrir tu piel’.


PREGUNTA de la periodista: ‘Y un asesino podría alegar, como apunta en su estudio, que no ha sido él quién ha cometido el crimen, sino su cerebro’.

Sr. Gazzaniga.

Si hubiera cometido un crimen, significaría que no era la única persona que existía en el mundo y, por lo tanto, sería responsable de su acción. Porque lo que quiero demostrar con este estudio es que hay que separar la idea de libre albedrío, un concepto caduco, de la idea de responsabilidad. Es decir el verdadero libre albedrío surge de la interacción con los demás, porque está demostrado que calculamos la reacción de otras personas ante acciones que estamos a punto de cometer, por lo que somos responsables de las mismas’.


No entiendo al sr. Gazzaniga, y me preocupa dado que es una figura mundial en neurociencia. Elegido miembro de la Nacional Academy of Sciencies (2011) de USA. En resumen,  si el texto del periódico en que se publica la entrevista es correcto y dice lo que dijo  el Sr. Gazzaniga, resulta que el viejo concepto de ‘libre albedrío’ está caduco. No dice cuál es o en qué consiste, pero supongamos que es así como dice. Afirma que el ‘verdadero libre albedrío’ surge de la interacción con los demás. Bien, esto es lo que se juzga en los tribunales, lo que una persona hace a otra, u otras, con sus actos u omisiones. Se juzga cierto tipo de interacciones con los demás. Nada nuevo.

Más sorprendente, aún, me parece su afirmación de que:  La toma de una decisión no es tan distinta de la manera en que tu cuerpo actúa para nutrir tu piel’.

Si una decisión como, por ejemplo, asesinar a un vecino sucede de forma parecida al cuerpo cuando nutre su piel, no entiendo que Gazzaniga diga que se es responsable. En los códigos penales occidentales (al menos), el que no tiene capacidad para comprender que sus actos lesionan intereses ajenos no se le considera penalmente responsable.

Creo que una pregunta adecuada sería si los seres humanos (al menos a partir de cierta edad) somos capaces de comprender que ciertos actos lesionan intereses ajenos, o no. Si somos capaces,  somos jurídicamente responsables, aparte de nuestras responsabilidades morales. Si no somos capaces, decidimos (como sociedad, a través de nuestros representantes políticos) que la persona en cuestión no es responsable de sus actos. Por ejemplo, niños o personas (con independencia de la edad) con ciertas deficiencias  psíquicas.

Queda, al menos para mí, una posible explicación. Según el Sr. Gazzaniga, no se puede responsabilizar el ser humano de sus actos, científicamente hablando. O sea, entiendo yo que quiere decir que un ser humano, entendido como una ‘cosa’ sometida a las leyes físicas y químicas, no puede ser responsable. Estoy de acuerdo si esta es la comprensión que se tiene del ser humano. Pero luego parece que esta explicación es insuficiente. Y el propio Gannaziga hace al ser humano responsable.  ¿En qué quedamos?

Parece que este planteamiento de Gazzaniga tampoco es nuevo. Ya sabemos que el derecho y la moral no son ‘científicos’. Por tanto, la responsabilidad (en el sentido jurídico y moral) no es ‘científica’. Por supuesto que no lo es. La responsabilidad  es un concepto jurídico y moral, no un concepto físico o químico. Pero es imprescindible para una convivencia humana, digna de tal nombre.

Con otras palabras, no podemos ni imaginar una sociedad en la que no supongamos la libertad, al menos en principio, de las personas que la habitan. En cualquier caso, si todos actuáramos como si nadie fuera libre ni responsable, la sociedad  sería un caos. ¿Por qué? Porque necesitamos suponer que somos libres y responsables de nuestros actos. Al menos en principio. Tratemos de imaginar una convivencia en que las cosas no sean así. Por ejemplo, imaginemos que los padres les dicen a sus hijos: ‘Haz lo que quieras, no eres libre ni responsable’. ¿Y qué les dirían en los colegios? ¿Qué le parece?

Sebastián Urbina.


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